miércoles, 3 de abril de 2013

Les étoiles selon Rey

Marcelo Damiani 

       Au début, Reynaldo était simplement Rey. Il régnait, souverain et autarcique, sur ses parents, ses tantes et ses oncles, ses grands-parents ainsi que sur les amis de la famille, sans le moindre obstacle ou la plus petite opposition. Il n'avait qu'à émettre un son guttural et las en désignant l'objet de son désir pour que sa volonté soit exaucée sur-le-champ. La vie, à cette époque-là, consistait à individualiser la forme des choses qui pullulaient autour de lui, et ensuite, à se consacrer à la tâche ardue de décider s'il les voulait maintenant ou plus tard. Sans doute était-ce là que résidait la clé permettant de comprendre sa fascination précoce pour le cinéma, même s'il se plaignait souvent d'avoir connu le septième art assez tard. Sa mère l'avait emmené pour la première fois dans une salle de projection peu avant qu'il fête ses quatre mois, à son 111e jour de vie pour être exact, et cela, évidemment, équivalait à une irrémédiable perte de temps.

      Texte intégral ici.

lunes, 1 de abril de 2013

El cine y sus fantasmas

Por Jacques Derrida

La experiencia cinematográfica pertenece de cabo a rabo a la espectralidad, que yo relaciono con todo lo que se puede decir del espectro en psicoanálisis –o con la naturaleza misma de la huella. El espectro, ni vivo ni muerto, está en el centro de algunos de mis escritos, y es ello lo que –para mí– hace quizás posible un pensamiento del cine. Por otra parte, los lazos entre espectralidad y cinematografía son el tema de numerosos escritos hoy en día. El cine puede poner en escena la fantasmalidad, casi frontalmente, por cierto, como una tradición del cine fantástico, las películas de vampiros, o de aparecidos, algunas obras de Hitchcock... Hay que distinguir todo esto de la estructura de cabo a rabo espectral de la imagen cinematográfica. Todo espectador, durante una función, se pone en contacto con un trabajo del inconsciente que, por definición, puede ser asimilado al trabajo de la obsesión [hantise] según Freud. Él llama a esto experiencia de lo que es «extrañamente familiar» [unheimlich]. El psicoanálisis, la lectura psicoanalítica, se encuentra a sus anchas en el cine. En primer lugar, psicoanálisis y cinematografía, son en verdad contemporáneos; numerosos fenómenos ligados con la proyección, con el espectáculo, con la percepción de ese espectáculo, poseen equivalentes psicoanalíticos. Walter Benjamin tomó muy pronto conciencia de esto, y aproximó desde un principio a ambos procesos, el análisis cinematográfico y el psicoanalítico. Incluso la visión y la percepción del detalle en una película están en relación directa con el procedimiento psicoanalítico. La ampliación no sólo agranda, el detalle da acceso a otra escena, una escena heterogénea. La percepción cinematográfica no tiene equivalente, sino que es la única que puede hacer comprender por experiencia lo que es una práctica psicoanalítica: Hipnosis, fascinación, identificación, todos estos términos y procedimientos son comunes al cine y al psicoanálisis, y he ahí el signo de un «pensar en conjunto» que me parece primordial. Por otra parte, una función [séance] de cine es apenas un poco más larga que una sesión [séance] de análisis. Uno va a hacerse analizar al cine, dejando aparecer y hablar a todos sus espectros. Se puede, de manera económica (en relación con una sesión de análisis), dejar volver los espectros en la pantalla.